miércoles, 31 de enero de 2007

Las luchas



Ese día Juan Carlos salía de la oficina y al pasar por el centro de la ciudad decidió comprarle a sus hijos una mascara, a su hijo mayor una de místico y a su hijo menor una del santo- vaya día por fin a disfrutar de los costalazos en compañía de mis chamacos- pensaba en lo profundo, mientras avanzaba por la avenida Juárez, que a esa hora de la noche es un total caos ya que por una extraña razón todos quieren llegar rápido a sus casas o al bar, las luces de la ciudad comenzaban a encender y los puestos de comida ambulante empezaban a abrir, podrías encontrar tacos, tamales, esquites, en las farmacias comenzaba la venta indiscrimina de condones y Juan Carlos pensaba que le encantaba vivir en esa ciudad además de que los martes de lucha libre era lo mejor que le podía haber pasado.

Juan Carlos empezó a ser fanático de la lucha libre a la edad de 5 años, época en la que su abuelo materno lo llevaba junto con sus primos a la arena Actopan ubicada en la calle de rayón y que era la mas grande del estado, además de que la cartelera era siempre de lo mejor, ahí llego a luchar el perro aguayo, blue panther, negro casas, el hijo del santo, el difunto love machine y muchos mas, cuando fue creciendo y su abuelo ya no podía caminar el se iba solo ya que a sus amigos no les gustaba, de hecho pensaban que era un deporte para nacos, pero para el abuelo eso era un deporte de hombres bueno no tanto como el box.

Llego a su casa y sus hijos lo esperaban con tanta emoción como cada martes. A Susana su esposa le molestaba de sobre manera que llevara a los pequeños a las luchas porque según ella sus hijos se harían violentos y peleoneros pero eso le importaba un bledo a Juan Carlos, de hecho el tenia la idea de que algún día sus hijos se convertirían en luchadores y no precisamente del colchón.

Llegaron en punto de las 7:30 de la noche y afuera de la arena la gente abarrotaba la taquilla – digo no siempre tenemos la oportunidad de ver a místico- decía la señora de los elotes que también iba a entrar a la función mientras le encargaba el changarro al mandilón de su marido.

Juan Carlos y sus hijos eran rudos por excelencia y por herencia ya que no les gustaba ir en el mismo sentido que los demás, pero en esa ocasión toda la arena se convertía en técnica.

Ese día Juan ya no encontró boletos para los lugares de siempre y tuvo que comprar boletos de primera fila y cabalísticamente compro el uno, el dos y el tres, compro pepitas con la señora Herminia que llevaba años vendiendo afuera de la arena – ahora si doña Hermi hasta que se me va a hacer conocer al pinche místico que pelea de huevos – ay mijo yo quisiera entrar pero tengo que cincharle. La ultima vez que doña Herminia había asistido a una función de lucha libre había sido el 26 de octubre de 1993 cuando murió Oro (Jesús Hernández Silva) a los 21 años de edad. Durante un enfrentamiento acompañado de La Fiera y Brazo de Plata, en contra de Kahoz, Jaque Mate y Dr. Wagner Jr en la Arena Coliseo. Kahoz le propinó a Oro un golpe de antebrazo, y la cabeza de Oro se impactó fuertemente contra la lona y quedó inconsciente a un costado del ring. Falleció durante el camino rumbo al hospital debido a un derrame cerebral. Juan Carlos le dijo a doña Herminia que ese día invitaba y ella acepto, total que tal si mañana me muero dijo.

Así pues entraron a la arena y la función ya había comenzado, localizaron sus lugares y la gente abarrotaba el lugar, los gritos y mentadas de madre no se hacían esperar. En el ring como siempre sucedía las primeras peleas eran de novatos o de luchadores que no habían logrado alcanzar el estrellato o simplemente luchaban por ganarse unas monedas, Ranflex vs Greñitas se daban un agarrón que no animaba al mas fanático, en la parte alta de la arena doña mary gritaba infinidad de maldiciones a los rudos, doña mary era la dirigente de la “porra oficial técnica del mercado 6 de julio”.

Doña Herminia estaba que no se la creía y no paraba de alagar al Juan Carlos por la invitación, comenzó la segunda pelea y esa función se empezaba a poner bien, la maquina asesina le aplicaba la urraca rana al consentido de esa plaza el tiburón. Y fue en ese momento cuando doña Herminia estaba mas que prendida con la función que al tiburón se le ocurrió hacer un lance desde la tercera cuerda, mortal hacia atrás y la maquina asesina se quitaba, el tiburón caía sobre la personalidad de doña Herminia azotando su cabeza sobre la butaca y fue así como por ultima vez había ido las luchas, ya nunca mas regresaría a vender pepitas, un traumatismo craneoencefálico había cegado su vida. Doña Herminia comenzó a subir y pudo ver su cuerpo completamente inerte tirado a un costado del ring y riendo porque su muerte había sido en una arena se despidió de Juan Carlos y sus hijos quienes años mas tarde también se convertirían en luchadores derrotando por primera vez a místico

A consecuencia del accidente la función se suspendió y místico nunca volvió a esa arena.

4 comentarios:

Marxtamoros dijo...

Chida historia caon. El místico no nunca se iba a imaginar que su maldición se encontraba en Actopan.

Anónimo dijo...

que mal pedo, chida la historia el mistico rifa, encontre esto haber si te late http://www.youtube.com/watch?v=f863jfFaF9I

El Shoin dijo...

Hey gracias rice

Miss Neumann dijo...

Por eso, NO VOY A LAS LUCHAS!!! pobre seño de las pepitas!!! y porbre publico que se quedo sin pepitas!!!

GRACIAS POR TU VISITA!!!